“Durante años oculté mi historia, avergonzada de haber crecido en una familia atravesada por la adicción. Hoy sé que esa experiencia no me hace experta (mi formación lo hace), pero sí me permite comprenderte de una manera muy especial.”


Ya sabés de dónde vengo, de vivir entre personas adictas.

Quizás me dedico a esto porque mi niñez fue bastante turbulenta. Cuando mi hermano mayor ingresó por primera vez en un centro de desintoxicación, me enteré de que lo que le pasaba era una “enfermedad” (ahora sabemos que no es exactamente una enfermedad sino un trastorno adictivo).

Era finales de los años 80 y, junto con esa revelación, me di cuenta de muchas otras cosas: que mi padre era un alcohólico funcional (trabajaba, cumplía con sus obligaciones, pero podía pasar del cariño al mal humor y, a veces, a la violencia con mis hermanos); que mi madre, una coadicta de manual, tomaba un montón de pastillas recetadas para los “nervios”; y que, entre mis hermanos y yo, habíamos asumido roles muy típicos de las familias disfuncionales: el rebelde, el responsable… y yo, la “mascota”.

Esa primera sesión familiar, donde el equipo terapéutico nos explicó lo que pasaba en nuestra casa, quedó grabada en mi mente y en mi corazón. ¡Por fin alguien entendía lo que vivíamos! Por primera vez alguien ponía PALABRAS a lo que yo no sabía nombrar.

Me encantaría poder atravesar esta pantalla para que sintieras el alivio que sentí aquel día.

Después de esa sesión vinieron los encuentros familiares con otras familias y con mi hermano. Ahí pasaban cosas que nunca antes nos habíamos dicho.

Tengo que confesarte algo, me molaba tanto esa dinámica que terminó siendo uno de los abordajes que más me gustan en adicciones y al que más me dedico.

Desde entonces, me he formado y sigo investigando sobre la comunicación entre las familias y las personas adictas.

Eso sí, como dicen, los familiares de adictos, solemos tener mucho miedo a vivir. Yo puedo confirmarlo. Pero, con los recursos que tenía, me dediqué a VIVIR: entre terapia y terapia, estudio y estudio, trabajos y churris… (¡algunos adictos, sí!).

En cuanto a mi formación, te dejo un CV lo más sintético y menos aburrido posible.
Te aviso, soy una friki de saber todo lo último sobre estudios y tratamientos en adicciones.

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Así es como las personas se pueden recuperar de sus adicciones sin tener que esperar a tocar fondo*

*El concepto de tocar fondo -del siglo pasado- se refiere a la cárcel, hospitales o la muerte.

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